viernes, 21 de febrero de 2014

MODELOS DE MASCULINIDAD Y FEMINIDAD TRADICIONALES

     En mi anterior entrada hice mención a los modelos de masculidad y feminidad tradicionales. Dejando claro que estaban relacionados con el género, es decir, con la construcción social y cultural que se hace del sexo (hombre o mujer).

     En este punto voy a centrarme en la idea del modelo tradicional masculino y en el modelo tradicional femenino. ¿De qué estamos hablando cuando nos referimos a estos modelos?.


Modelo Tradicional Masculino

Cuando mencionamos este modelo estamos hablando de cómo tiene que ser un "verdadero hombre". Es decir, la idea, la creencia que tenemos de cómo debe comportarse, actuar, ser un hombre para ser considerado un hombre.
  • Debe ser fuerte, competitivo, dominante, resolutivo.
  • Diferenciarse de lo femenino, puesto que está desvalorizado.
  • Tener autoridad y poder sobre mujeres y niñ@s.
  • Huir de la homosexualidad.
  • No mostrar sentimientos (especialmente sensibilidad, vulnerabilidad o debilidad)
Y una forma de ejercer la autoridad, el poder y reafirmar la masculinidad es la violencia. 


Modelo Tradicional Femenino

En está ocasión, este modelo se centra en cómo debe ser una "verdadera mujer".

  • Ser una "buena chica", es decir, ser complaciente, agradable, comprensiva, no debe disgustar...
  • Ser una buena madre y esposa, sacrificada, abnegada, cuidadora de tod@s, anteponiendo sus necesidades...
  • Mostrar sensibilidad y ser emocional.
  • Desarrollar el rol doméstico frente al rol externo. Es decir, ocuparse de todo lo relacionado con el hogar, con el ámbito privado.
  • Síndrome de "superwoman". Poder con todo de manera perfecta. (En otro momento me centraré en este aspecto).

     Claramente ambos modelos tradicionales están estereotipados debido a la idea, creencia que tenemos de cómo deber ser un hombre y una mujer.
Estos modelos siguen vigentes en la actualidad. Y por formar parte de nuestra cultura son adquiridas desde niñ@s por lo que son muy difíciles de erradicar.
Actúan como guiones de conducta para hombres y mujeres. Son reforzados a lo largo de nuestra vida. El mayor problema de su perpetuación es que se consideran comportamientos naturales propios del sexo y no se entienden como construcciones sociales y culturales. Mantienen las desigualdades entre hombres y mujeres y son fortalecidos por ellos y ellas. Por lo que facilitan la violencia de género.

     Como riesgos de implatar estos modelos estereotipados podemos encontrar:

Modelo de Maculinidad Tradicional

  • Pérdida de riqueza interior y déficits afectivos.
  • Deterioro en las relaciones de intimidad con otros hombres y mujeres.
  • Riesgos para la salud física y mental: poco cuidado de sí mismo y de los demás; comportamientos peligrosos para demostrar la valentía; ansiedad por mantener los mandatos masculinos...
  • Una alta probabilidad de emplear la violencia en situaciones conflictivas.

Modelos de Feminidad Tradicional

  • Comportamientos y expectativas limitadas en el ámbito público.
  • Pérdida de confianza en sí mismas.
  • Menor estatus social y económico.
  • Riesgos para la salud física y mental: agotamiento, estrés;  sentimiento de culpa al no conseguir seguir el modelo; postergación de las propias necesidades...
  • Mayor vulnerabilidad frente al maltrato.
  • Excesiva tolerancia ante situaciones de abuso y violencia.

    Tenemos que destruir estos estereotipos y creencias erróneas, aprender a escapar de la presión social y lo más importante, para erradicar este tipo de comportamiento basado en estos modelos,  aprender y educar con valores basados en la igualdad para que las generaciones futuras no sigan sufriendo de este lastre y desaparezcan de nuestra cultura y construcción social.

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